jueves, 3 de mayo de 2007

Minas de Riotinto

Artículo de opinión

CREO que el comentario de base cinematográfica excede de su puro interés fílmico para derivar hacia otros aspectos del futuro onubense. El pasado lunes publicaba nuestro periódico la grata noticia de que el director estadounidense Steven Soderbergh, el afortunado realizador de Sexo, mentiras y cintas de vídeo (1989) y Trafic (2000), como títulos más destacados de una interesante filmografía, de la que muy pronto tendremos un nuevo estreno, Ocean´s Thirteen (2007), ha estado en la cuenca minera onubense localizando exteriores para su próxima producción, Guerrilla, que rodará diversas secuencias en El Buitrón y otros parajes mineros.Si a ello añadimos que hace unos días sabíamos que el Parque Minero de Riotinto había firmado un contrato para filmar el film de ciencia-ficción La posibilidad de una isla, del escritor, poeta -enfant terrible de las letras francesas- y director Michel Houllebecq, cuyas Partículas elementales (2006), llevó al cine el alemán Oscar Roehler y vimos aquí el pasado mes de enero en el Gran Teatro, y, además, conocíamos también que el realizador austriaco, Titus Lever, había visitado la zona para contar con sus paisajes naturales, sus instalaciones y mobiliario del Parque Minero riotinteño en su próxima realización, vemos con lógico optimismo las oportunidades cinematográficas de tan privilegiado territorio.

Todo esto coincide cuando se habla, sobre todo en Huelva y su provincia, del éxito de El corazón de la tierra, de Antonio Cuadri, inspirada en la novela de Juan Cobos Wilkins, de la cual nos ocupábamos el pasado domingo en nuestra sección cinematográfica y titulábamos Trabajar y morir en Riotinto, tercera de las entregas de un amplio análisis de una película de tanta repercusión en la opinión pública onubense y que estos días concita atención mediática y predicamento entre el público.He escrito mucho de esta producción tan nuestra desde su gestación, en la que estuve junto al autor y el realizador, y, como era fácil presumir, y hemos de comprobar en su día, la divulgación del film de Cuadri ha de contribuir a abrir los ojos de muchos en todo el mundo sobre unos paisajes de impresionante belleza natural y de sus grandes posibilidades en el orden cinematográfico y turístico. La visión de El corazón de la tierra ha de atraer a muchos hacia este territorio singular. De ello debieron darse cuenta muchos que, todo hay que decirlo, negaron su apoyo al realizador onubense o le pusieron alto precio a su colaboración.

Las posibilidades que se vislumbran para unas tierras deprimidas, colonizadas y explotadas siempre, olvidadas por las más altas instancias en todo tiempo, incluido el actual, aunque ahora muchos se arrimen al ascua luminosa del éxito de la película, son previsibles si se sabe aprovechar tan ventajosa baza. Huelva es tierra de cine y generadora de historias, lo ha sido siempre y lo puede seguir siendo. Una ventaja que, fomentada con inteligencia e imaginación y superando provincianas miopías, puede abrir perspectivas que vayan mucho más allá de lo puramente cinematográfico.

Vicente Quiroga
Huelva Información