Cuando parecía que la minería había quedado obsoleta, como negocio y hasta como imagen -un trabajo duro, peligroso, de otra época-, vuelve a verse como una inesperada vía de riqueza y empleo, y en un contexto en el que apenas se ven sectores o 'nichos' que ofrezcan perspectivas. Cinco años después de que se reabriera este camino, el balance parece tan positivo que ha abierto la puerta a nuevos proyectos.
La Junta de Andalucía ha convocado el que se considera el mayor concurso de minería metálica de la comunidad, para conceder 61 derechos mineros, 38 concesiones de explotación y 23 permisos de investigación, en una extensión de 80.930 hectáreas de las provincias de Sevilla y de Huelva.
La experiencia de la mina de Aguas Teñidas, en Almonaster la Real (Huelva), que abrió en 2007, o Cobre Las Cruces, entre Salteras y Gerena, en Sevilla, se presentan hoy como un éxito: han movilizado mil millones de euros de inversiones y dan empleo a 1.500 personas. Esta última tiene en marcha una ampliación de la planta de tratamiento.
Los proyectos cuajan, más allá de las buenas intenciones. Hay un complejo a punto de iniciar su actividad, el de Lomero-Poyatos, que lo hará en el primer semestre del año; y otros tres que están en vías de ser realidad, Riotinto, Sotiel y La Zarza. Según los datos ofrecidos por la Consejería de Economía, la minería andaluza en general cuenta con 850 explotaciones activas, además de 3.000 inscripciones en el Registro Minero, tanto concesiones de explotación como permisos de investigación.
Muchas de estas minas tienen tras de sí una historia que se remonta a la antigüedad . Fenicios y romanos hallaron en esta zona del Andévalo onubense metales preciosos y codiciados por sus imperios. En los siglos XIX y XX entraron empresas extranjeras, en especial inglesas, y convirtieron esta conocida como 'faja pirítica' en un potente núcleo de producción. En los años ochenta su decadencia era completa, pero ahora antiguas explotaciones, como La Zarza, Sotiel y La tonelera, las tres en el municipio de Calaña, tienen ante sí un futuro inesperado.
La razón última de esta eclosión es la nueva demanda de metales y el aumento de los precios. El mundo asiste a una 'fiebre del cobre' para abastecer la demanda de los países emergentes. Pero también la española. Para hacer unas cuentas básicas, la tonelada de este metal está a 8.000 dólares y sólo España consume 250.000 toneladas al año, unos 2.000 millones de dólares.
Libros de geología
De modo que las empresas han vuelto los ojos al fondo de la tierra y han desempolvado los viejos libros de geología para recordar que Andalucía tiene «las reservas minerales más potentes de Europa Occidental», según el consejero de Economía, Antonio Ávila. Se trata de cobre, pero también zinc, hierro y pirita.
Para Ávila, el sector es ahora mismo «clave para el desarrollo económico por su apuesta por la innovación, la relevancia de las inversiones y la capacidad para la creación de empleo, directo e indirecto».
El concurso de minería metálica convocado ahora genera una gran expectativa: «Sólo el hecho de que fructificase un único permiso rentabilizaría todo el proceso. Todo gran proyecto minero, como Cobre Las Cruces o Matsa, fue antes un simple permiso de investigación».
De momento, la fase de estudio que se va a abrir va a generar una actividad económica de por si, con su consiguiente empleo. «Los 19 proyectos que se están moviendo en la provincia de Huelva han creado más de 350 empleos», dijo el consejero.
Muchos pueblos de las comarcas mineras de las dos provincias, 17 de Sevilla y 14 de Huelva, tienen puestas sus esperanzas en el fondo de la tierra. «La posibilidad de empleo en la minería es cierta», proclamó Antonio Ávila.
Sur.es