domingo, 6 de diciembre de 2009

Juan Cobos Wilkins

04/12/2009

Juan es un gran poeta. Lo conocí primero como poeta y luego lo he conocido como amigo. Es un buen amigo. Es una persona excepcional, como si recogiera de su propia escritura cualidades para su espíritu, mientras que otros tienen que rebuscar en su alma algo que llevar a lo que escriben. Si tenéis ocasión de asistir a alguna lectura o conferencia suya, os alegraréis de escucharle. Es divertido, inteligente, claro y profundo. Y se entrega completamente, tanto para explicar algo importante como para dar la dirección de una calle, da la impresión de que Ha sido una gran alegría tropezarme en la vida con él en una edad en que uno cree que ya tiene más o menos hechos los amigos, bueno, pues entonces coincides con Juan y te das cuenta de que te faltaba y no lo sabías. Nos tropezamos por casualidad hace unos veranos, impartiendo unos talleres de literatura a jóvenes andaluces. Dábamos cuatro horas diarias cada uno. Él, poesía por la tarde, y yo narrativa por la mañana. Los chicos le adoraban. Y yo también, hicimos una maravillosa amistad. Las comidas, las cenas, los paseos, la calidez de Juan. No os lo perdáis, leed sus novelas y sus poemas, merece la pena.

Nos hemos visto por última vez en Huelva, con motivo del Festival de Cine Iberoamericano, donde se proyectó fuera de concurso El corazón de la tierra, una estupenda película, del director Antonio Cuadri, protagonizada, entre otros, por Joaquim de Almeida, y basada en una novela de Juan, donde encontraréis una hermosa historia de amor a las Minas de Riotinto cuando eran explotadas por los ingleses y las clases sociales estaban desgarradas.

Y acaba de salir y de ser aplaudido por la crítica su último libro, tras once años sin publicar poesía, Biografía impura (Fundación José Manuel Lara). Hermosos versos que giran en torno al niño, el adolescente, el joven y el poeta que Juan es y en que nos convertimos todos en cuanto leemos:

Un poeta no debe en primavera
cruzar solo la tarde de los parques.

Bajo las ramas se abrazan las parejas
y la yerba humedece.

No debe pasear
en primavera solo por los parques.

Hay nubes lanceoladas, vuelos, restos
de amor usado ya en la tierra, y las lilas,
tan suaves las lilas, cómo hieren.

En primavera es peligroso el mundo.

Clara Sánchez
El Boomeran(g)