viernes, 4 de septiembre de 2009

Juan Cobos Wilkins regresa en septiembre a la poesía con 'Biografía impura'

“Este libro, más que un recorrido por la vida, es una profunda inmersión en ella”

ARS VIVENDI. Partir solo,/ llegar solo./ Y en el trayecto nadie./ Eso ha sido tu vida./ Pero siempre/ con una flor abierta en la solapa.

- Llama mucho la atención este primer poema que encabeza el libro, unos versos que parecen definir su trayectoria vital. ¿Qué prevalece al final, cuando llega el momento de escribir poesía como es este caso, la soledad del camino o la alegría de esa flor abierta en la solapa que le ha acompañado siempre?

- Viajo mucho y hay temporadas en las que paso más tiempo en aviones, trenes, coches, que en casa. Acabo no acordándome de en dónde despierto... Una mañana, al alba, me encontraba con mi maleta en el andén de una ciudad de provincias esperando el silbido del tren. Ningún viajero más, solo en el andén vacío. Había un pequeño jardín en la estación, más bien unos parterres con tristes rosas cubiertas de polvo ¡qué melancólicos los jardines de las estaciones provinciales...! Ahí, en ese instante, surgió ese poema. Corté un esqueje y, al llegar a casa, lo planté. Agarró. Creo que no hace falta explicar más, cualquier lector sabrá ya de qué hablo...

- La poesía va y viene en su carrera como escritor, ¿a qué obedece? ¿está sujeta a cuestiones personales más que a profesionales?

- Nunca he dejado de escribir poesía, nunca. Pero lo que el autor quiere escribir, a su vez, desea ser escrito de una forma determinada, en su adecuado molde, en su género, y lo exige para poder ser. En los últimos años lo que necesitaba contar me demandaba prosa: la novela, el relato, el libro de investigación histórica... Y así, casi sin darme cuenta, han pasado nada más y nada menos que once años ¡once! sin publicar un libro de poesía. Y es que tampoco quería yo enfrentar en una librería a la novela con la poesía. Es fácil suponer quién acabaría en el rincón oscuro.

- Los poemas del primer apartado de su nuevo libro, 'El niño', son autobiográficos, ¿o quizás son del niño que quiso ser y no fue?

- Está, por supuesto, la metamorfosis literaria y hasta me atrevo a decir que la transubstanciación poética. Pero sí, son autobiográficos. La palabra “biografía” del título no traiciona su acepción.

- Y en el resto de los capítulos ¿cuánto de experiencia propia, personal, hay, y cuánto deja a la ficción?

- Los otros apartados también responden a vida vivida y metamorfoseada en palabra. Pero más que un recorrido por la vida, esta biografía es una profunda inmersión, un ahondamiento abisal en ella. Biografía Impura asume ese riesgo con el vértigo de su desnudez.

- ¿Hay mucho riesgo personal en este poemario? ¿Se 'desnuda' demasiado ante los lectores?

- Voy a contestar sin rubor, sin pudor: sí. Pero no lo siento como “demasiado riesgo y desnudez”, sino como esa entrega de Pasión y Armonía. Las doy sin censura al lector y, como la relación con los lectores de poesía es el más mágico y pleno vaso comunicante, sé que también recibiré verdad.

- Después de escribir este libro ¿encajan mejor todas las piezas de su vida?

- El poeta es y está ante la creación como el niño que en la mañana de Reyes encuentra el regalo de un rompecabezas y desordena sus piezas, y las lanza al aire y espera que, al caer, lo hagan con precisión y de nuevo encajen en su sitio. Pero hay una que se pierde, una que se queda en el aire, una rebelde y mágica que permanece flotando, que asciende, que vuela y desaparece. Atrapar ésa, la misteriosa imprescindible, la que latió con vida propia, es la tarea eterna del creador. Pues esa única y esencial es Poesía. En Biografía Impura he seguido y perseguido a la misteriosa imprescindible. Pero si he querido tenerla, ha sido para, ya hecha verso, dejarla libre. Así se hace, deshace, rehace el rompecabezas de la vida.


Fundación Jose Manuel Lara